Saturday, July 18, 2015

UNA HISTORIA IMPREGNADA DE PLACER Y LUJURIA


UNA HISTORIA IMPREGNADA DE PLACER Y LUJURIA

Lo que voy narrar es una historia impregnada de placer y lujuria, producto de una mente enferma, cochambrosa y pijotera. Es una fábula llena de palabras sucias, obscenas, descompuestas y podridas; muy de la talla de los gamberros, de gente sin oficio ni beneficio, mal educada y sin pudor, carente de cualidad o virtud, que ha sabido gozar de los placeres más insípidos del mundo y que, más temprano que tarde, siempre acaba ensuciándose de lodo.

Es un asunto que a usted, lector o lectora, no le conviene leer; en él no existe ni una brizna de pensamiento diligente. Créame que nada gana su conciencia en zambullirse en esta urdimbre de palabras que los críticos (es decir los aduladores o defenestradores) consideran metaliteratura, es decir una intentona literaria que quiere hablar acerca de la literatura; una historia dentro de otra historia o muchas historias sacadas de otras tantas historias.

Yo le pido de todo corazón que no lea; le causaría mala digestión a su salubérrima conciencia. Usted perderá sin denuedo el tiempo y nada obtendrá de provecho; son barruntos que no ilustran ni entretienen.

Por tanto, lo conmino a que deje de leer, ya no siga. Por el amor de Dios, no me desoiga. Acuérdese que a arca abierta el justo peca. Es por su bien.

Pero si usted insiste en proseguir la contumacia, solamente le pido que no haga público el pregón que hoy despacho. Guárdelo como un secreto en su memoria.

Por otra parte, quiero deslindar posibles culpas. Si usted, lectora o lector, encuentra algunas dosis de pornografía, considérese afortunada, pues ésta era la intención primigenia. Si algunos pasajes narrativos le provocan náusea, vómitos o excitación sexual, ese es un problema estrictamente suyo. Yo no me hago responsable.

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